No sé qué me dieron o de dónde saqué esto, pero sucedió en un taxi, un taxista que francamente me alivianó con su buena onda, porque el día me había rendido y la noche pintaba mal y se ponía cada vez más gacha. Sin varo, sin transporte, sin como llegar a casa, sin ganas más que las de dormir, cosa que te hace ver como el villano cuando la banda quiere seguir cotorreando. Total, que todo iba de la fregada hasta que nos subimos a ese taxi y la buena onda del taxista me alivianó.
No sé si sea algo como una realidad general en todas las personas, pero cuando andamos cansados, somos más susceptibles a ciertas cosas. Como que el taxista escuchó la plática que traíamos y quiso entrarle, entendió que nos gustaba el rock y la buena música (eso de buena música varía para cada quien, pero bueno...) y el don quiso alivianarnos, porque le contamos lo mal que nos estaba cayendo la noche, noche que en la tarde era muy prometedora, por cierto, y para alivianarnos puso “buena música”.
Ya había escuchado yo varias veces ambas canciones. La primera fue la de Shakira, no me acuerdo bien a bien cómo va pero decía algo así como “pero olvidaste una final instrucción/ cómo poder vivir sin tu amor” algo así, la rola trataba básicamente de que la chava le dice al güey que él le enseñó muchas cosas bien chidas pero que la deja y ella se quedó con todo lo que le enseñó pero sin él que era lo más importante, y la frase esa de “...cómo poder vivir sin tu amor” esa fue detonadora en mi cabeza.
Ahí fue donde confesé, me encantan las canciones en que las mujeres se arrastran, especialmente si esas mujeres son semidiosas como Shakira. Después de Shakira, el taxista alivianado puso a la Guzmán, oh, la Guzmán, me encanta esa mujer, me cae, ruda, sexy, rocanrolera y sentimental. Y puso la rola de “hacer el amor con otro” (no sé si así se llame). Esa es otra de las rolas en las que las mujeres se “arrastran” y bueno, si mujeres como Shakira y la Guzmán se arrastran, ¿por qué no lo hacen todas? Jaja, me caigo de risa, eso fue totalmente machista, pero bueno, salió muy honestamente, aunque para ahora ya me suena como algo gacho que pensé y expuse, no será la primera vez que me pasa esto, ni será la última.
Bueno, el caso es que yo dije que me gustaría que una chica escribiera una canción de esas para mí. Aunque pensándolo dos veces, no me gusta que se arrastren, que rueguen, que imploren, si ya la cagaron, que pidan perdón, tal vez, pero no hay por qué llegar al suelo, eso va para hombres como para mujeres. Pero la verdad es que sí me gustaría que me escribieran una de esas rolas. Envidié al güey al que le escribieron esas rolas Shakira y la Guzmán, y en dado caso que ellas no hayan escrito esas rolas que cantan, no me quiero enterar, prefiero vivir en esta equivocación.
Ahora, no es que me guste ver a las mujeres o a hombres arrastrándose, preferiría evitarlo. Pero, por otro lado, confieso que me siento en esas de “ándele, ¿no que no?” si me rogaran o si se arrastraran, pero la verdad preferiría evitar llegar a eso. Si llegamos a eso es porque ya hubo un broncononón de los que dan mucha hueva. En dado caso, pedir perdón, de pie y retirarse (de pie) sin no te lo otorgan. Pero bueno, dejaremos de ser seres humanos si no nos dejamos llevar por nuestras emociones cuando llegan al punto de victimizarnos y hacernos pasar por humillaciones o grandezas del género y estilo.
Bueno, me estoy saliendo del punto, lo importante son las canciones. Me gustan esas canciones, las de los reptiles (porque se arrastran), porque creo que son de las más honestas. Digo, yo he tenido problemas de esos, me he arrastrado, humillado, como también me he portado digno y como si me valiera madre. He escrito canciones bien, pero bien ardidas, así como canciones que me ponen (voluntariamente) bajo la suela de esa mujer a quien le escribí la rola. Siento que son más honestas las rolas en las que uno se arrastra, aunque después de que pasa el efecto ya ni te quieres acordar de la rola, ni volverla a cantar. No como las rolas de ardidos, que por más que digan que uno es el chingón, se nota que a uno se lo lleva la chingada y entre más le hagan al chingón, más se ocultan. Como en la gran mayoría de las rolas rancheras, como las de Paquita la del barrio, yo la considero una mujer bien ardida. Yo también he sido y a veces soy un güey bien ardido, procuro evitarlo, pero es bien cierto que cuando escribimos una rola de ardidos, después de que pasa el efecto no nos importa seguirla tocando, a menos que te hayas pasado de lanza en la rola, pero eso es por pena ajena, por no querer balconear.
Bueno, ahora, por qué siento que es más honesta la rola donde uno se arrastra. Ambas rolas, la arrastrada y la ardida dicen dos cosas básicamente: rompimos y pienso en ti. Ese “pienso en ti” es realmente un “te extraño” porque si no extrañaras, no pensarías en la persona, digo, te valdría madre y estarías muy ocupado en otras ondas como para pensar en el/la susodicho/a. Acordando ese punto, ahora viene lo siguiente, una rola (la arrastrada) admite que extraña, que sufre y llora; mientras que la otra se disfraza, dice que se la pasa de poca madre y que ni quien le recuerde a la persona por la que en verdad llora.
No sé cuántas veces he visto gente llorar rolas como “el Rey”, cuando de reyes no tienen ni madre, la neta preferirían andar cantando otras cosas, admitir que la llevan gacho, pero pues el orgullo no deja, el orgullo pone disfraz, confunde y engaña, y luego lo hecha a perder todo, aunque a veces, debo admitir, para bien.
En fin, me gustan mucho las rolas en las que mujeres se arrastran.
martes, 24 de junio de 2008
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario