lunes, 30 de junio de 2008

De la defensa del hombre...

“De la defensa que levantó el hombre
arrastrado al infierno por una mujer”

Si tan sólo hubieras valorado
antes de abrir la ventana.
Si tranquila ante el timón,
ante tormenta venidera,
y no como capitán a tierra,
añorando el vaivén.
Fuiste tú, fuiste tormenta.

Si tan sólo hubieras callado,
si hubieras guardado la gana,
el brinco que me aventé
ese sólo me hubiera matado.
Sin embargo el viento
que me intentó abrazar
mientras yo bajaba
intentando salirme fresco,
fueron tus burdas llamas
que me arrastraron al infierno.

Dicte juez, su cruel sentencia
no tengo nada que temer
la tortura de la piel
no se compara, ni un poco
con lo que aquella mujer,
sin llegar a ser demonio,
dejó en mí: si todo
mi ausencia

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