El bien y el mal se juntaron
para que yo te ayudara.
Ambos coincidieron en algo:
Soy lo justo y lo mejor que necesitas.
El bien y el mal conspiraron
para que yo te besara.
Ambos coincidieron en esto:
soy lo único que temer perder.
Tal vez sea un mensaje del cielo:
“que exista siempre nuestro amor”;
o tal vez sea una trampa del infierno:
“que por siempre suframos los dos”.
No hubo pleito por uno ni por otro
dejaron que esta delicada decisión
La tomemos tú y yo, nosotros.
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