martes, 20 de mayo de 2008

El Rock no viene sólo

Es extraño pero cierto, el rock no está resurgiendo sólo. Algo más viene con él, o algo más trae consigo, espero no sea el caso puesto que no considero que el rock esté ligado con esto que está surgiendo junto con el retorno del rocanrol.
Misteriosamente, ahora que el rock está resurgiendo en nuestro país (o al menos en esta localidad de Saltillo) leo puras desgracias en el periódico. Terremotos en China que matan cincuenta y tantos mil... un camión se vuelca dejando 28 muertos, siguen los asaltos bancarios en Saltillo, el narco ya ni sale en el periódico (lo cual es peor, porque sabemos que no está erradicado, sino que el periódico ha sido silenciado y eso sólo significa que las noticias son fatales y la gente no lo podría manejar), y pues lo típico del calentamiento global, el derretimiento de los icebergs, y todas las tragedias planetarias que el ser humano ha ocasionado para fortalecer nuestro confort.
El clima anda como loco, ya nomas nos falta la lluvia de fuego, las plagas de ranas y chapulines. Trombas levantan arena por todos lados. El Sol no acaba por decidir si salir o no, y las nubes no saben si dejarlo brillar o taparlo. Total, anda vuelto loco. El factor caos está cada vez más presente en nuestras vidas, aunque siempre lo ha estado, la cosa es que ahora nos damos cuenta porque... pues es evidente que las cosas no están saliendo a cómo planeamos o a como deberían (según nuestra lógica idiosincrásica) de salir. Perdemos el control y de eso no cabe duda...
Bueno, dejándonos de ideas apocalípticas. Les comento que se acabaron los boletos para ver a Ely Guerra en el Teatro de la Ciudad. Un día, duraron. Claro que el lugar no es muy grande, eso es lo de menos, la cosa es que la gente ya está optando por asistir a eventos como éste, eventos de rock. El rock está resurgiendo. Ya no sólo vemos gente ranchera tocando en las combis, ya también hay chavos tocando rock. Bueno, en realidad no he visto a otro más que a mí, pero el otro día me tocó oír a un rock-popero. Bueno, algo es algo, dijo un calvo cuando un pelo le salió, y Saltillo definitivamente era calvo con peligro de decapitación. Me alegra ver más propuestas en la calle. Solo falta deshacernos de esos chicos emos. No es que me los quiera madrear o algo por el estilo, pero sí preferiría contagiarles su apatía y depresión con algo de alegría y desmadre rocanrolero. El rocanrol es más vida y sería mejor ver las guerras de bandas o las tocadas llenas de gente viva y no gente deprimida.
Pero bueno, como mencioné antes, algo es algo.
Sigan rocanroleando, salgan de sus escondites, nos ha llegado la hora.

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