lunes, 31 de agosto de 2009

Todavía podemos (el de los charcos)

Ahora más que nunca
todavía podemos
brincar sobre los charcos
jugar a salpicarnos
ver quién suelta más agua del cielo caído
ver quien, posteriormente a la batalla
brinda mejor calor a su mojado enemigo
para que no pase fríos
para que sepa que aunque parezca
no se le abandona ante la soledad.

Ahora, más que nunca
sea este tu deseo
claro que todavía podemos
jugar a no saber nada
queriendo descubrir todo
suplir en este clima triste
los rostros apagados que no fingen
por esas sonrisas sinceras
que aguardan su turno haciendo estelas
en los parajes más ausentes,
más distantes
de tu alma.

Ahora, siempre y cuando
sea eso lo que quieres
ahora, pasear saltando
terminar tan mojados
como un sabroso caldito de pollo
que bien sabes que no debes
dejarlo esperando hasta enfriar.

Ahora, que nunca parece de siempre
y siempre no ha durado nunca,
ahora que todo carece de algo
en un afán tan empapado
pues no ha dejado de llover,
ahora, con el cielo cargado
y que todo el orden padece
ahora, pues puede que un sentimiento calle
mientras todavía crece.
Ahora, que el reflejo no engaña
pues ha sido arrebatado del cielo.

Ahora que el suelo está lleno de tantos
ahora, pues no sé si sólo dure un rato.
Ahora, más que nunca
todavía podemos
brincar sobre los charcos

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