Hoy no amanecí con el ruido del radio,
fue el canto de las aves,
fue el viento de primavera,
¡el maldito vaivén de un sueño que me deja!,
una maravillosa pesadilla que se queda.
Quiero crecer y a menudo me da hambre.
Tú vienes y te prestas para ser mi platillo,
un plato dividido entre el ahora y el mañana,
una visita, borracha, a horas de madrugada.
El ayer despierta
y busco cualquier forma para sacarle la vuelta.
Podemos creer que somos bien duros;
locos y salvajes como tormentas;
dignos, erguidos, luchadores rudos.
Podrás haber sobrevivido afrentas
pero eres tú, la chica que me pudo:
Dócil corderito a final de cuentas.
¿No te das cuenta de cuánto me cuesta rechazarte?
No es para darte alas.
No es una actuación.
Por favor, no más preguntas, no me pidas la razón
de un sentimiento difuso que se cura sin doctor.
Podemos creer que somos bien duros;
locos y salvajes como tormentas;
dignos, erguidos, luchadores rudos.
Podrás haber sobrevivido afrentas
pero eres tú, la chica que me pudo:
Dócil corderito a final de cuentas.
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