jueves, 15 de octubre de 2009

El sedante

Estos versos los escribo con el afán de asustarte
y mantenerte sin parpadear mientras los lees,
para llegar a lo más recóndito de tu alma,
parajes que tanto ansío por conocer.

A pesar de la distancia que nos aparta
y retiene a estos brazos
de convertirse en tu resguardo,
a esta boca que si espera pierde esperanza
de llegar… a tus labios;

a pesar de sepa cuántos “no conviene”,
antes de jugar, apuesto a que pierdes
sin perder nunca, tu compostura,
tu figura tan hecha de mujer segura;

a pesar / gracias a los contratiempos,
los mareos a los que nunca seré inmune,
el sello de este secreto se destruye:
si no te amo es porque no he probado tu aliento
y no porque tenga miedo de amar.

No preguntes el porqué de mis sentimientos.
Entrañas de la tormenta es la conciencia de un poeta
y más de éste, al que algún día
podrías enamorar.

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