miércoles, 17 de septiembre de 2008

Qué fácil fue dejar de ser difícil

¿Cómo negarme a los brazos abiertos
de demonio condenado y siniestro,
a quien yo, ciego soñador amante
veía como la más hermosa ángel?

¿Cómo darle la espalda a esa fulana
enferma de muerte como sólo ella estaba,
siendo yo la mejor cura viviente,
siendo ella un disfraz que engañó a este inconsciente?

¿Cómo cerrar los ojos al desastre
tan seguro que ni propuse embate,
mientras aseguraba que aquello era
la más prodigiosa y brillante estrella?

¿Cómo ponerle peros, este amargo
poema, a la hiel servida a lo largo
de la más corta caricia de miel,
la única sobre mi tostada piel?

¿Cómo prevenirme de tal veneno
si a cada sorbo mi corazón sincero
latía con prisa por más elixir?
Qué fácil fue dejar de ser difícil.

2 comentarios:

Carreón dijo...

Sabias palabras, amigo mío. Pero lamentablemente así es la vida, así son las personas y así es el amor. Debo admitir que no todo es igual es estúpido generalizar pero también no podemos negar que la mayoría de la gente nacimos para traicionar. Un consejo, como tú mismo dijiste no te claves y aunque esté de acuerdo contigo en cuanto a ¿Qué sería de nosotros si no nos claváramos? porque sé que una vida sin pasiones no es vida, también eh aprendido que tenemos que dejarlo correr, la gente que nos hace daño hay que dejarla correr, créeme no vale la pena ni siquiera que te detengas a pensar por un minuto en ello aunque sea de esos dolores amargos y dulzones que tanto le gustan al corazón... Y mejor aquí paro porque esto comienza a leerse totalmente contradictorio pero no podía dejar de comentar.

Juliana
(Apodo pero debía dejar un nombre)

Anónimo dijo...

Que sería de nuestras vidas sin esa dulce tentación de dejarlo todo y a la vez de aferrarse a ello.
No te has puesto a pensar que aquel demonio es solo el disfraz del temor a ser traicionado, un escudo a sus más grandes miedos.
Podrías acaso negar que una vez en tu vida tú has sido ese mismo demonio.
Fingirías demencia diciendo que ahora todo vale madres y que lo que te pudo motivar ayer ahora sea solo un vago recuerdo.
Cómo negar esta naturaleza que corre por nuestras venas, puede que hallemos la manera de encerrarlo en lo más profundo de nuestro ser pero al final de cuentas la tentación de ser el demonio y no el ángel nos ha gana aunque sea solo una vez en nuestras vidas….