Dedicado a mis compañeros de la UVM a los que nunca pude convencer y di por perdidos.
Donde busco encontrar fuerza
de esa que mueve montañas,
que intimida con miradas,
que no le temerá a nada,
son delirios de grandeza
los que encuentro en mis plegarias.
Uno no puede luchar
contra tan fuerte enemigo
cuando nadie ha de intentar
dar un paso en el camino.
Si mi aliado ya no lucha,
si mi aliado ya no entiende,
si prisionero lo tienen
¿qué hago yo en ésta disputa?
Si vamos quedando solos,
perdiendo nuestro poder
temiéndole al abandono,
destruyendo nuestro ser…
Si no somos alegría
sino dolor al pasar.
Nunca podremos ganar
si nos creen una mentira.
Si somos la minoría,
triste resaca de ayer,
lloramos en agonía
pues no podemos vencer.
Mas las lágrimas se secan
y yo sigo en mi cantar
que algún día va a levantar
esa fuerza que es inmensa.
Vivo seguirá el ideal
vivas son las esperanzas.
Lucharé sin un final,
siempre volará mi lanza.
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