miércoles, 18 de febrero de 2009

Esperando a que salieras de clase

No son más que palabras
y nada más que eso,
o al menos a primera apariencia.
Curvas y rectas,
signos derechos,
hechos que escapan a la conciencia,
pues si no dejara que esta pluma
resbale a su placer en una
ausencia mental.
¿Cuántas cosas se me pasarían
para descubrir las que valen la pena?

Sentado, me he vuelto asesino,
espero, matando las horas.
Las letras sirven de cuchillo.
El crimen nadie me lo cobra.
¿Y ahora?
hasta no verte salir por esa puerta
hasta no mirar con pausa, tus ojos,
hasta no besar tu despedida
hasta no salir de este trance
admirando tu sincera sonrisa,
este trance del que escribe sin prisa.
Fin.

Fin, qué bonita palabra
siempre y cuando no hable de ti.

No hay comentarios.: