lunes, 16 de febrero de 2009

Baila conmigo, flama de vela...

Baila conmigo, flama de vela
llévame al son de tu compás.
Saca a tu amiga, flema de la tierra,
desdóblate al borde del océano.

Contemplas tu último respiro
y antes de que el grácil olvido
te deje atrás...

Vuelve al danzón tiritante,
luna en cuarto menguante,
la música in crechendo.

El decreto de paz acecha.
La ventana tiembla en colmenas de auxilio.
Desde el manicomnio un genio delira respuestas.
Lentamente, la colcha a cuestas
renace en un par de suspiros.

Despiertas, y una vena seca
pide un baño de miel.
Digna faena.
Pieza brillante.
Y sigue un sonido capaz de resistir.
Frío. Vino. Tuerto. Hueco.

El no entender ni madres y como quiera seguir.
El cambio de lugar para pretender asistir.
¿De vuelta en clase?
Antes retirado sin comenzar
que un pobre y ojeroso estudiante cansado.
Las palabras tornadas graznidos
las agallas de vuelta al nacer.

Fétido aroma de alegre resaca.
Todo es lo mismo pero nada es igual.
Todo es lo mismo pero nada es igual.

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